En su tiempo, Rudolf Steiner hacía un llamado a la importancia de asumir la pedagogía Waldorf como un proyecto educativo vivo que podía nacer y transformarse en los diversos contextos sociales y culturales. Hoy, tomamos esta máxima latente para repensar y rediseñar nuestras prácticas de manera consciente y amorosa. En estos tiempo de contingencia mundial en los que hemos tenido que tomar medidas para cuidarnos y cuidar de los otros, todas las iniciativas educativas también se han visto llamadas a adaptar sus prácticas pedagógicas y sus ritmos de trabajo; aun así, muchos hemos estado de acuerdo en tener muy presente que no se trata de llevar la escuela a la casa tal y como funcionaba en la cotidianidad de las dinámicas presenciales. 

​

 

Como Centro Educativo Waldorf Gotas de Luz hemos elegido asumir la virtualidad, a través un ritmo para padres y un ritmo para niños, como un medio transitorio para mantener el contacto anímico y la vivencia pedagógica en casa de toda la comunidad educativa:

• Escuelas de padres en las que todos podemos participar de manera horizontal, compartiendo saberes pertinentes para la actual crisis mundial

• Encuentros con la narración, el movimiento y las diversas actividades artísticas y hogareñas, que vivencian los niños en compañía directa de sus padres o cuidadores

• Espacios de arte especialmente pensados para nutrir y fortalecer la voluntad, el sentir y el pensar de nosotros como adultos, hablar, conmovernos, sonreír y continuar nuestra misión de acompañar a los seres que dan sentido a esta iniciativa educativa: nuestros amados niños y niñas.

 

​

Paradójicamente, en esta experiencia virtual uno de los aspectos más bellos ha sido lograr acercarnos más como comunidad educativa. Este trabajo en comunidad, aunando esfuerzos, pensando, sintiendo y poniendo en acción aquello que sabemos apoyará la transformación social de manera positiva, es precisamente uno de los llamados a la conciencia humana actual. 

 

​

A mí me parece muy bueno porque ella sigue esa rutina del jardín que nos parece tan provechosa para ellos, y me parece muy bueno para nosotros porque como somos padres trabajadores, y del jardín nuestra hija salía para donde los abuelos, estábamos muy desconectados de lo que era el ritmo y ahora sí lo hemos podido vivenciar.

                                                                                                                                    - Natalia, mamá de Valentina

 

​

Este esfuerzo es valioso. Cuando los niños ven a sus amiguitos se alegran.

                                                                                                     -Juan, papá de Matías

 

​

Testimonios como estos nos recuerdan que para los niños es vital mantener el vínculo y el contacto con sus semejantes y con sus maestras, y que los padres han logrado involucrarse con consciencia en las bellas vivencias pedagógicas, así como en los procesos colectivos del Centro Educativo Waldorf Gotas de luz, que esperamos siga siendo un solo corazón vibrante de amor.  

 

​

Y así continuamos poniendo maderos para cuidar nuestra llama encendida, continuamos con el riego y el abono de nuestra semilla, seguros de que retornaremos de nuevo a la posibilidad del contacto directo, de la vivencia y calidez que otorga la presencia, la mirada y el abrazo.